Justo nos acordábamos ayer en la comida, que cuando éramos niños, en la década de los setenta, no nos pintábamos la cara de calacas. También me acuerdo que era muy mal visto celebrar el jalogüín porque se pensaba que los gringos ya nos habían invadido culturalmente.
Y pues sí. Pero también pasó que la cultura mexicana llegó al vecino país del norte; hay varias de nuestras celebraciones que les gustan, y la del Día de Muertos es de las más populares entre la población de allá.
En esta foto se puede ver cómo nuestros hijines mexicanos adoptan una y otra manifestación cultural, y la revuelven y las disfrutan ambas.
(La capita se la tejió una de sus tías. Está bien chida.)